Llegar al Festival el primer día (sabado 6) resulto un poco más facil de lo esperado.  Solo una pequeña confusión al principio en los muelles, pero una vez que encontramos el correcto, todo fue fácil.  Demasiado fácil.  La fila en el muelle de Bay Street era corta, solo había que formarse en unas vallas, mientras unos chavos al final de las mismas «revisaban» los boletos.  No tenían lectores de códigos de barras ni nada, los que llevábamos hojas impresas solo las rompían y la revisión de mochilas fue nula.  Ese día se pudo haber impreso cien hojas del mismo boleto y cien personas hubieran podido entrar.

El festival se lleva a cabo en el Island Park de Toronto, un parque muy grande que se encuentra rodeado del agua del Lago Ontario, al cual la única forma de llegar es en ferry o avioneta.  El boleto del festival incluía el viaje en ferry gratis, que tardaba aproximadamente unos 15 minutos en recorrer las aguas del muelle al parque.  Una vez que desembarca en la isla, eres libre.  La seguridad es poca porque en realidad no se necesita tanto, se asume que es gente civilizada y que se comporta como debe y así es.  Stands comerciales hay muchos, desde Motorola regalando mochilas hasta uno de XBOX con varias consolas con Rock Band y Guitar Hero listos para ser jugados.  Las zonas de comida no eran muchas, pero las filas tampoco eran largas, y cabe destacar que las bebidas alcohólicas solo se vendían en zonas designadas donde tenías que permanecer mientras las consumías.

Solo había tres escenarios, uno muy muy chico en el que había bandas a cada momento, otro ya más grande que era el Second Stage, y el principal.  La primer banda que vimos el Sabado fue a The Fratellis en el Second Stage.  Mucha gente, más de lo que yo esperaba, me atrevería a decir que fue la mayor cantidad de gente que vi en ese escenario en todo el festival, aunque era claro que más de la mitad iban solo por Chelsea Dagger, ya que al pasar esta a mitad del set, la gente empezó a moverse a otros lados. El grupo estuvo bien, directo y conciso, aunque a decir verdad se veían un poco cansados, pero tocaron las que debían, prendieron bien, y siguió el festival.

Bloc Party siguió en el escenario principal.  Por fortuna no tocaron Mercury, fue un set basado en sus primeros dos discos y solo dos canciones de Intimacy vieron acción.  Mucha respuesta del público que estaba hasta adelante, aunque la verdad el campo era muy grande por lo que estando atrás parecía que la gente los tenía más como música de fondo.

Después de perder un poco el tiempo, regresamos al otro escenario a ver a los Kooks. Superaron cualquier expectativa que tenía de ellos.  Tendrán un segundo disco francamente malo, pero saben sacarle jugo a sus canciones en vivo, Luke Pritchard de verdad se esmera en conectar con la gente cuando está en el escenario.  Mención especial al momento en que pidieron que todos se sentaran a la mitad de una canción, se vio bien, aunque en ese momento fue cuando se noto que los Foo Fighters ya habían empezado, porque no quedaban más de mil personas viendo a los Kooks.

De los Foos, no mucho que decir. En un lapso de 15 minutos, solo hubo un solo de batería y Dave Grohl eructando y hablando.. y hablando.. y hablando.  La decisión fue mejor irse a los ferrys antes de que las 20,000 personas que estaban viendo a los Foos salieran todas y se hiciera un caos.

Texto: Ed

Fotos: Dadis