Terminando Blood Red Shoes había que regresar rápido al escenario principal para ver a White Lies. Solo un disco de esta banda londinense pero vaya que ha causado impacto. En gran parte se debe a sus presentaciones en vivo. A Harry McVeigh se le irá la voz, les fallará un acorde de vez en cuando y puede que a veces su sonido no sea lo estridente que debería, pero sus canciones tienen algo que siempre logran prender a la gente en vivo y dar ganas de brincar, bailar y gritar. Esta vez no fue la excepción, y a pesar de que tocaron cuatro canciones nuevas que nadie conocía, la atención sobre la banda no decayó un ápice, y tuvo como siempre su glorioso final con Death.
Después fue regresar de nueeeevo al Marquee, esta vez para ver a Foals. Muchas expectativas sobre la banda liderada por Yannis Phillippakis y debo decir que estuvieron bien a secas. Yo no soy muy fan de su primer disco (aclaración: nada fan) y por lo tanto esas para mí pasaron sin pena ni gloria. Las del Total Life Forever me parecieron buenas, aunque a momentos me pareció que la complejidad de las canciones en el estudio les pesó al tocarlas en vivo. Eso si Spanish Sahara fue épica. Y no tocaron This Orient, algo que ya sabía e iba preparado, pero aún si no dejo de ser un poco decepcionante.
Foals – Spanish Sahara
Después fue un pequeño break para comida que aprovecho para describir un poco como es por allá. En Pukkelpop se usa el sistema de vales o tickets para la comida. Hay que comprar los tickets en un puesto especial y estos pueden ser cambiados por comida. Los tickets costaban1.50 Euros cada uno (aunque había una promoción de comprarlos antes del festival a 1.25) y por ejemplo, un agua costaba dos tickets, un hot-dog tres y así. Había un stand de comida «gourmet» en la cual cobraban por peso. Excelente comida, pero muy cara. Lo bueno es que regalaban el pan y con eso ya te llenabas.

La deliciosa comida degustada con lentitud hizo que no alcanzaramos a ver mas que las últimas dos canciones de Laura Marling. No mucho que decir mas que la señorita tenía mucha gente metida en el Chateau, y que todos parecían muy contentos y emocionados con su actuación.
De ahí, fuimos de nuevo a The Club para agarrar buen lugar para lo que sería algo memorable. La presentación de Marina & The Diamonds. La mayoría de la gente llegó cuando ya había empezado el set, que dio inicio con Shampain, más reciente single de la señorita Diamandis. Limp Bizkit todavía sonaba a lo lejos cuando Mowgli’s Road ya era entonada por Marina y su séquito de fans. Ella es todo un espectáculo en el escenario, brincando a pesar de tener plataformas de varios centímetros, gritando, moviéndose de lado a lado y animando a la gente. Ademas de que es guapísima. Su voz en vivo es igual de versátil que en el disco, y transmite toda su felicidad de estar en el escenario a la audiencia. Sin duda, mi momento favorito del festival.




Spanish Sahara lo mejorcito del set de Foals que no me cachó para nada…mi mayor decepción del Pukkel.
White Lieeeees rooooocks!!!!!!! 😀
Jajajajajaja Marina jajajaja si me daba miedo que te desmayaras o empezaras a vomitar con tu tos de emoción jajajajajaja
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jejeje ni siquiera tosi tanto!
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